Mientras dure la crisis… Parte II de “Un día menos… para qué”

La semana pasada estuvimos hablando de cuándo acabará esto. Pero quizás la pregunta más importante que nos atañe ahora es: ¿Qué tengo que hacer mientras dure? La respuesta más rápida y sencilla debe ser, lo mismo de antes, pero adaptado a la nueva situación.

Esta crisis será persistente en el tiempo, esperemos que no de forma tan dramática, pero sí lo suficiente para cambiar nuestra forma de relacionarnos. No podemos parar nuestras vidas como si esto fuera un mal sueño.

Nuestra forma de vida, nuestra economía, nuestra salud a futuro, nuestros hijos dependen de cómo consigamos encontrar la “nueva normalidad”. Tan pronto como seamos capaces, no de forma momentánea, sino de forma duradera en el tiempo, de mantener los mismos niveles de: trabajo, educación, sanidad, sociedad en general, economía, seremos capaces de decir que hemos superado la crisis. Una crisis que no es un evento concreto en el tiempo, sino un cambio de forma de vida.

Esto no es una pausa, es un cambio de disco

Esa mañana estuve hablando con un viejo amigo sobre la situación actual. Recordaba cómo tras los atentados del 11 de Setiembre se cambió la forma de viajar en el mundo. Unos mecanismos que duran hasta hoy en día y que ya no van a volver a cambiar. Las personas pensábamos que aquello iba a ser temporal, pero no lo fue y hoy es la forma más habitual de viajar.

El mundo ha cambiado, nada de “va a cambiar otra vez” o de “ya volverá a ser como antes”, porque no lo hará. El ser humano ha quedado manifiestamente vulnerable ante el impacto que le producen estos nuevos virus, artificiales o no. Por eso, mientras dure lo peor de la crisis, debemos aplicar los procedimientos clásicos.

Enfocando la crisis de forma metódica

Pensar en el problema, desde un punto de vista metodológico, como por ejemplo pasar por todas las fases del Cybersecurity Framework del NIST,(Estándar en ciberseguridad americano, que desarrolla 5 fases) podría ser una forma de ayudarnos a volver a nuestra actividad de forme segura. Estas metodologías están pensadas para mantener los procesos de cualquier empresa operativos, pero realizándolos de forma segura y así evitar los problemas que puedan desmontarlos. Una posible idea sería pensar en cada actividad que realizamos, desde estos 5 aspectos:

Comencemos con el análisis de la parte de Identificación (Identify). En este caso parece claro cuál es el problema: el Covid-19. Aunque si lo pensamos bien, nuestro problema no es el virus, sino cómo hacer para desarrollar nuestra vida de forma normal. La causa de que no podamos hacerlo como antes sí es el Coronavirus, pero ante eso, nosotros como personas, no podemos hacer nada o casi nada. Lo que sí que podemos hacer es poner a trabajar nuestra inteligencia en ver cómo respondemos a los problemas que tenemos como: ir a la compra, trabajar, cuidar a los niños, etc. Esos problemas, una vez analizados, sí podemos gestionarlos con seguridad, por eso sí que podemos enfocarnos en encontrar la mejor forma de hacerlos de forma segura.

El segundo aspecto será la protección (Protect). Para este paso es fundamental haber encontrado todas las actividades que realizamos, para buscar las medidas de protección más adecuadas a cada una de ellas y así seguir realizando la actividad de forma segura. Parece lógico que, si voy a comprar, con mascarilla, gafas y guantes, no salga a tirar la basura, lugar donde todas las personas, infectadas o no, depositan sus residuos, lo haga sin la misma protección o, en este caso, incluso más.

El tercer paso es la Detección (Detect). Todos los procesos deben estar adecuadamente monitorizados, puesto que las medidas de seguridad se degradan o incluso se pueden quitar sin darnos cuenta. Por ejemplo, las mascarillas tienen una vida útil, hay que saber cuál es, porque si no, parecerá que estamos protegidos y no lo estamos (falsa sensación de seguridad); o el agua con lejía que tenemos para limpiar las suelas de los zapatos o la compra que pierde su efecto con el tiempo, máximo 1 día, por lo que habrá que volver a hacer mezcla (pensad en el cloro de la piscina que se evapora). Del mismo modo debemos ver si el entorno cambia para adecuarnos de nuevo (por ejemplo, si ahora tendré que ir con niños a la compra o no). Incluso estar pendientes de si los niños o mayores se comportan de forma más deprimida de lo habitual, si tienen fiebre, falta de apetito, desgana excesiva, etc. para atender a los síntomas lo antes posible.

En cuarto lugar, tenemos la fase de Respuesta (Respond). Pensad que estamos adaptando nuestra forma de hacer las cosas para evitar, en última instancia, ponernos malos o contagiar a otros, pero podría darse ese caso y caer, o por desagracia sin saberlo, contagiar a otros. Es aquí cuando debemos responder, de forma ordenada y contundente, a la crisis. Tendremos que pensar, de antemano, qué medicinas deberemos de tener para frenar fiebre, ayudar a respirar mejor, etc. Por otro lado, dado que ya tenemos protocolos de actuación y contención, deberemos aislarlo/nos para evitar propagación interna en la casa. La limpieza y desinfección de enseres será una nueva actividad que deberemos trabajar mucho más.

Por último, en la fase de Recuperación (Recover) deberemos pensar en cómo voy a hacer, más allá de cómo me digan los ámbitos oficiales, la reincorporación de la familia al exterior. Cosas simples como si tendré o no mascarillas, botecitos hidroalcohólicos, guantes, gafas, conocimientos de los niños de cómo lavarse las manos y qué deben tocar y qué hacer, botellas de agua, etc. Pensemos que esta fase de recuperación no pretende volver al punto anterior a la crisis, porque esta va a ser larga. Ya hemos experimentado lo vulnerables que somos a este tipo de situaciones, creadas de forma natural o artificial y el mundo va a cambiar.

Hay que analizar cada una de las etapas de nuestra vida, que cada uno las piense para sí mismo, así como pedir al estado que las piense para todos nosotros.

Qué debemos transformar inmediatamente

La educación

En este sentido la universidad está mejor preparada, de entrada, porque pueden seguir de forma online, y los estudiantes, afortunadamente para los padres , son autónomos. Los niños, por desgracia, necesitan ayuda absoluta, que sumado al poco uso en general de los medios telemáticos, suponen un verdadero reto para los padres y profesores.

Debe quedar claro que no volveremos a la situación anterior, al menos en mucho tiempo, por lo que en cuanto antes encontremos cómo educar a nuestros hijos, dentro de esta crisis, mejor para el país. Todo el beneficio depende absolutamente de lo bien o mal que consigamos educar. Por eso, el “aprobado generalsería lo peor que podría pasar. Eso suena a: “dejemos pasar unos meses y ya volveremos a como estábamos antes” y eso no va a pasar. Debemos, con más tiempo, de forma ordenada, teniendo manga ancha y todos los cuidados y “peros” que queramos, pensar en cómo vamos a educarnos en esta situación. No hay tiempo para decir que estos dos meses no cuentan, porque serán muchos más y estaremos en la cola de la recuperación. Hay que encontrar formas de normalizar la distancia al centro, y eso exige cambios en nuestra vida y en la forma de enseñar.

Tal y como hemos comentado, hay que pensar en que el último trimestre será remoto y el año que viene, si no todo, mucho también lo será. Fijaros que es necesario el distanciamiento social, y los niños están apretados en las clases. No será extraño que sólo la mitad de los niños vayan al centro un día y al siguiente los otros para poder hacer espacio en las aulas. No sería extraño pensar tampoco que no tendrían recreo, para evitar aglomeraciones, que entren en diferentes horarios, para evitar que se junten, etc. Pensemos que eso obligará a seguir educándose en modo semipresencial. Cuanto antes instauremos esta nueva forma de educación, mejor haremos frente al nuevo futuro.

El trabajo

Las empresas que ya están teletrabajando, tan sólo deberán mejorar sus procesos, para adecuarlos más a la nueva realidad. Las reuniones de trabajo serán, en su mayor parte, trasladadas al mundo virtual, por lo que habrá que trabajar más la parte online del remoto: fondos de pantalla corporativos para las videoconferencias, entornos virtuales y 3D para reuniones, eventos digitales para empresas, etc. serán los siguientes ámbitos que trabajar.

En el resto de las empresas, quitando las que actualmente ya están funcionando por necesidad, como la construcción, talleres, comercios (con limitaciones) etc. deberán adecuar sus negocios para mejorar la vertiente digital.

El verdadero problema se plantea en el sector servicios, un sector que es la base de la economía española, basada en el turismo. Con un país cerrado, las lógicas restricciones de distanciamiento social, la eliminación de los eventos multitudinarios, etc. va a mermar hasta la extenuación a este sector.

Al igual que ha ocurrido en pasadas ocasiones, necesitamos trasladar la economía, de forma ordenada pero contundente, hacia sectores que permitan un autoabastecimiento y desarrollo como país. Parece claro que no se podrá soportar el estado actual de la economía al reducir en grandes proporciones las mesas en los restaurantes, al reducir a la mínima expresión el football o conciertos, al estrechar las terrazas de los bares o discotecas con un aforo máximo mínimo disponible, etc. Hay que trasladar toda esa ingente población profesional a otros sectores donde poder desarrollarse. Sectores que actualmente puede que incluso no existan, pero que en muchos casos estarán relacionados con la nueva forma de vida semiconfinada.

Obviamente seguirán existiendo servicios de restauración, pero con menos espacio y más reducidos, lo que dejará gran parte de población que deba buscar un ocio alternativo, que cumpla este distanciamiento natural de prevención. Habrá que estudiar qué sectores industriales, tecnológicos, sanitarios o de cualquier tipo vamos a necesitar y lograr reformar a los trabajadores, en el menor tiempo posible, hacia esos nuevos trabajos. Las ayudas deberían ir en forma de incentivos a estas nuevas estructuras para que lleguen a las personas que se trasladen a estos nuevos ámbitos profesionales.

Hay que empezar cuanto antes a pensar cómo puedo, en mi negocio, adaptarme a esta situación y ofrecer los servicios para que sean consumidos de esta nueva forma. De otro modo, no sobrevivirá. La imaginación y la disrupción en inventar nuevas formas de prestar el servicio serán la clave de la supervivencia de los negocios y la recuperación de España como consecuencia.

La forma de relacionarnos

Actividades tan normales como celebrar un cumpleaños, ir a clases extraescolares, visitar museos, ir a comer o cenar, ir de fiesta, etc. se van a ver irremediablemente impactadas. Ya se habla de dar este año por cerrado en ciertos servicios como restaurantes, chiringuitos de playa, cines, etc.

Nuestra forma de ocio no debe limitarse a ver la tele o hacer videollamadas. Las empresas que logren aportar nuevas formas de diversión podrán multiplicar sus beneficios. En cualquier caso, debemos reinventarnos en cómo divertirnos y entretenernos. La formación y la educación deberían ser un medio de pasar el tiempo y aprovecharlo para dirigirnos hacer el nuevo futuro que nos aguarda.

El reencuentro con la naturaleza, refugio que nos acogerá, será otro modo de esparcimiento natural que podremos seguir disfrutando o descubrir en algunos casos. Con un cierre de fronteras, descubrir el maravilloso país que tenemos, será la mejor forma de redistribuir la riqueza entre nosotros mismos.

Los niños deberán seguir manteniendo el contacto con sus amigos, videoconferencias, llamadas, trato con los vecinos, etc. serán formas de pasar los días hasta que puedan empezar, con limitaciones, a poder reunirse nuevamente.

Los viejos sectores de ayer mismo

Es lógico poder pensar que no hay nada por hacer desde esta nueva perspectiva de confinamiento, pero estarse quieto y esperar no debería ser la solución al problema. Cuántas veces hemos hablado de por qué fueron decayendo grandes empresas como Kodak (pensó que su negocio era vender carretes en vez de capturar recuerdos), Blockbuster (pensó que su negocio era alquilar DVDs cuando realmente era hacer disfrutas con contenidos a las familias o amigos), Nokia (no entendió que su negocio no era hacer los teléfonos más duros sino conseguir que las personas disfrutaran, solas o juntas, estando lejos unas de otras), NetScape (derrotada por Microsoft), etc.

Por qué no sectores como la restauración empiezan a pensar que su negocio podría ser ofrecer un rato tranquilo de conversación a familias o amigos y no simplemente poner comida en una mesa. Quizás podrían llevar la comida a domicilio con todo lo necesario para que luego no hubiera que recoger platos, vasos, etc. A lo mejor podrían llevar: vajilla desechable, velas para hacer agradable la comida, manteles, servilletas, etc. y así evitar que luego las familias tengan que trabajar recogiendo. Incluso enviar las palomitas o chuches para la película, etc. Hasta por qué no, montar las mesas y sillas de reuniones en urbanizaciones, merenderos, etc.

Por qué no las empresas de marketing se dedican a estudiar la nueva formar de relacionarse, donde el teletrabajo ha venido para quedarse. El tradicional comercial que queda para ir a tomar cafés con los clientes va a reducirse drásticamente. Ahora ya no vamos a ir a reuniones vestidos de corbata y traje. Por qué no una empresa se encarga de mejorar la imagen de las organizaciones creando imágenes de los fondos de pantalla que se ve en las videoconferencias. Imaginemos que puedan ser atractivos y eviten ver los cuartos de los niños o el salón de las casas. Creo que la imagen de las compañías se va a transformar en crear nuevas imágenes para las vídeo conferencias caracterizadas con la imagen de la empresa. Por ejemplo:

  • En reuniones formales crear un fondo serio, relajante, con colores corporativos y el logo de esta.
  • Crear imágenes para las salas de espera de las videoconferencias, incluso con música relajante e imagen corporativa que emulen las salas de espera de las empresas.
  • Crear fondos más alegres para reuniones internas adaptadas a la corporación.
  • Trabajar más la Realidad virtual, invirtiendo en crear entornos, con avatares, donde poder interactuar emulando las reuniones humanas. Es decir, que se vieran los avatares de todos y que se pudiera elegir sentarse en la mesa para atender la reunión o levantarse a reservados, dejando de fondo la reunión por si algún tema resulta interesante, pero dando prioridad al audio cercano, para tratar temas más personales. Debemos emular los comportamientos humanos en las nuevas realidades que vamos a tener. Estas salas virtuales harán que los usuarios estén más atentos, puesto que podrán dedicarse a lo que necesitan dentro de su sala de inmersión 360.
  • Nuevo merchandising: donde por ejemplo las gafas podrán convertirse en nuevos regalos para generar una visión de la empresa más moderna. Regalos como diseños de fondos para las videoconferencias de los clientes, o incluso poder ofrecerles entornos seguros para sus reuniones inmersivas.

En general la idea es adecuarnos lo antes posible a este nuevo entorno y ser pioneros en transformar las nuevas relaciones. Quien más rápido lo consiga, tendrá el mejor puesto de salida en el nuevo mercado.

Toca imaginar cómo queremos que sea nuestro nuevo presente.

La ciencia

Es fundamental reenfocar nuestro potencial hacia sectores que nos permitan progresar sin tener que depender de un sector, el turismo, que va a verse duramente destruido. Investigaciones que promuevan el consumo sostenible, la innovación, la tecnología, la mejora sanitaria, etc. Muchas veces pensamos en que debemos tener más inversiones, pero a lo mejor es necesario gastar mejor y hacer más eficiente los recursos.

España ha sido puntera en científicos, filósofos, matemáticos, médicos, descubridores, inventores desde siempre. Debemos potenciar y desarrollar, pero también proteger los hallazgos de forma adecuada. Siendo líderes en paneles solares, trenes maravillosos que requieren poca tecnología por su diseño, etc. hemos perdido la ventaja competitiva perdiendo secretos industriales en detrimento de otros intereses.

La industria

Todos hemos visto la extrema dependencia, en lo que a esta crisis se refiere, de encontrar el material necesario para poder dotar de activos adecuados a las necesidades sanitarias. Pero también hemos visto cómo hemos sido capaces de reenfocar sectores, que podríamos decir absurdos a simple vista, en construcción de materiales de primera necesidad. Esta misma disrupción nos debe llevar a balancear las dependencias externas que tenemos de otros países. Como siempre se suele decir, no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Esa es la riqueza en la que debemos invertir nuestros recursos. La reducción máxima del exterior, pudiendo ser autosuficientes, o lo máximo posible.

La industria siempre ha sido un valor seguro que permite el desarrollo de la población. Estas fábricas requieren de mucha materia prima, pero sectores como la Informática, podrían generar productos exportables con el esfuerzo mental de los trabajadores. La Industria 4.0 deber ser, ahora más que nunca, el objetivo a perseguir. Una industria conectada que permita el equilibrio entre las personas y la producción necesaria autosuficiente. En cualquier caso, el mundo es equilibrio y no deberíamos pasarnos de vuelta. Saber equilibrar todas las necesidades será el éxito de cualquier sociedad.

En la próxima entrada hablaremos de después qué.

#Porqueesnecesaio #Yomequedoencasa #Yodecidoserresponsable #Yoelijomifuturo

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