Puede que la primera pregunta de un guardia civil al revisar tu coche sea: ¿Me deja su carnet de conducir y enseña el antivirus?. Cada vez tenemos más problemas con la cantidad de fallos que sufre el software del coche. Nos hemos puesto como locos a conectar aplicaciones para hacer de la “experiencia de conducir” un verdadero centro de experiencias sensoriales. Wifi conectadas, reconocimiento de voz, lectura de correos, asistencia en viaje y gps conectados para recibir el tráfico, etc.
Estamos tan enganchados que no hemos reparado en si todas estas ventajas estaban haciendo el coche más o menos inseguros. Me acuerdo de los tiempos en los que tenías que pasar costosísimos procesos de homologación por tener que poner un alerón, un ensanche de ruedas o incluso hasta tintar las lunas, pero resulta que parece que no ocurre lo mismo con el software que llevan los vehículos.
Hace poco hemos asistido a ferias de hackers donde se cuentan y demuestran las continuas fallas de seguridad que incorporan los coches superconectados, pero no parece que existe, al menos por el momento, un férreo control de la seguridad al igual que sufren el resto de piezas mecánicas del automóvil.
Tampoco somos conscientes de tener que preguntar, al igual que lo hacemos con el airbag, el ESP, el ABS, y el resto de siglas que no sabemos muy bien qué hacen, si el coche que queremos comprar cuenta con medidas de seguridad por software.
Deberíamos exigir, que al igual que ocurre en la ITV, donde se comprueba la seguridad de la mecánica, también se compruebe la seguridad de la Informática. Estamos en un mundo donde las barreras lógicas están transgrediendo al mundo físico, y es necesario también poder evaluarlos. Las certificaciones de los coches también deberían de traer de serie la certificación del software. Y esta es una necesidad urgente para nuestra propia seguridad y la del resto de ciudadanos.
Origen: ‘Appytest for Auto’ certifica la seguridad de Apps en vehículos.