Increíble pero cierto debería de ser la nueva versión de la película llamada “increíble pero falso“. Para los que no la hayáis visto es una película en la que todo el mundo dice la verdad, y ni siquiera existe el concepto de la mentira hasta que un pobre hombre, cansado de perder en todo, desarrolla la capacidad de mentir. Si la habéis visto, este hombre deja de perder para ganar a toda costa sabiendo que el resto del mundo no puede hacer nada para defenderse. Pues bien, cada vez estamos más cerca de este hecho.
Todos en la vida, y que cada uno haga revisión de su día, sabemos qué decir y qué no decir, o incluso en algunos casos, hasta mentir para evitar dañar a otras personas. Cualquier padre con hijos tendrá un Óscar a la mejor interpretación cada vez que recibimos un regalo del día del padre o la madre, que más allá del impacto emocional que nos produce, no se analizan las características artísticas del collar de macarrones.
Imagínate un mundo en el que como decía Homer Simpson, “Lo he dicho o lo he pensado”, nadie pudiera esconder ningún secreto. El concepto de la seguridad dejaría de existir. Las contraseñas ya no servirían de nada, porque te las podrían copiar de la cabeza sin tú si quiera pensar en ellas. Nadie podría esconder sentimientos, emociones o secretos de ningún tipo, porque con un simple copiado de memoria, todo estaría allí escrito y esperando a que alguien lo leyera. Mi abuelo siempre decía que si no tienes algo bonito que decir de alguien, no digas nada. Pues en este futuro apocalíptico, y siendo este apocalipsis totalmente diferente a los conocidos por Mad Max, podríamos llegar a vivir en un planeta en el que no se podría vivir sin dejar de decir cosas feas a todas horas.
Nunca hay que parar la tecnología, pero al mismo tiempo que se investiga la lectura de la mente humana, habría que trabajar en la seguridad de la misma. Eso, o nos vamos haciendo a la idea de llevar cascos tipo magneto para que no te lean la cabeza.