Es claro y patente que la revolución digital va a cambiar el concepto de trabajo que tenemos, pero no hay que entender siempre que el cambio será bueno. Los momentos de reformas son cruciales para las organizaciones, porque lo que antes era bueno, si no se gestiona adecuadamente, no tiene por qué serlo ahora. Es decir, el cambio a un mundo digital requiere de control y estrategia, y la seguridad es fundamental en este nuevo modelo que nos permite conectarnos al mundo, para nuevos cliente, y para nuevos peligros.
En estos momentos de cambios, no logrará mantenerse el más fuerte sino el que antes se adapte a las nuevas circunstancias sin menos preciar la importancia que tiene la seguridad.