La seguridad está en relación directa al número de atacantes, vectores de ataque, y motivaciones que existan, es decir, si existen muchos atacantes motivados y preparados, tendremos que incrementar exponencialmente nuestra defensas para contrarrestar estas amenazas. Dicho de otra forma, la inseguridad produce mucha más inseguridad porque:
- Crea la sensación de que es fácil atacar un objetivo y conseguir rédito económico.
- Crea la sensación de que tampoco tengo que esforzarme mucho si los demás están igual o peor que yo.
- Crea la sensación de que si una persona ya ha hecho algo mal, el estigma de que es malo, le persigue y ya no tiene tanta preocupación en hacer más maldades. Lo que comienza por un juego, puede acabar en una forma de vida si esa persona se considera así.
- Crea la sensación de que la calidad no importa tanto, porque como hay seguridad, tampoco hace falta que me esfuerce mucho.
- Crea la sensación de desmotivación.
- Pero sobre todo, CREA INSEGURIDAD en la sociedad que se extiende como la pólvora y va destruyendo poco a poco la seguridad.
En criminología estudiamos “la teoría de la ventana rota”, en la que básicamente si hay dos coches iguales, pero a uno le rompes una ventana, dicho coche irá convirtiéndose en un centro de vandalismo y hasta corrupción, porque el desorden llama al desorden. Los propios ayuntamientos trabajan en la gestión del orden de las ciudades para evitar que haya zonas que se pierdan. Los grafitis en las paredes, las fachadas rotas, las calles sucias, etc. son ámbitos a tratar, que sin tener nada que ver con la seguridad, son fundamentales para evitar que las zonas se vuelvan inseguras.
Así pues, “la teoría de la ventana rota”, aplica de igual manera en la inseguridad, por lo que es fundamental trabajar de forma rápida para evitar el efecto llamada que producirá irremisiblemente.
Lo que yo haga, o no haga en este caso, afectará a mis vecinos. Por lo que tenemos, no sólo el deber moral, sino también el de país, de trabajar en su resolución.
Origen: Las empresas no se preparan bien y el cibercrimen sigue creciendo
[…] la sociedad sea de una tragedia tras otra. En este sentido, y como ya comenté en la entrada de la ventana rota, el ser humano cree que el mundo es un desastre, y que él ya poco puede […]