Llevo mucho tiempo con la idea de comenzar un blog en la mente, en esa zona en la que los pensamientos se juntan con los deseos, y luego nunca se materializan porque simplemente crees que son sólo deseos y que no están destinados a convertirse en realidad. Así que tal y como dicen por ahí: sólo hay dos días al año en los que no puedes realizar tus deseos, esos días son ”ayer” y “mañana”, da la casualidad de que estamos a “hoy” y hoy es cuando voy a empezar a escribir.
Declaración de intenciones
sirva este escueto párrafo para decir que todo lo que escriba representa únicamente mis pensamientos y opiniones respecto a las experiencias vividas, sin el más mínimo intento de polemizar sobre nadie ni nada.
Lamentablemente cuando hablamos de seguridad, nuestra el castellano, sólo tiene tres acepciones según la Real Academia Española: 1. f. Cualidad de seguro, 2. f. certeza (‖ conocimiento seguro y claro de algo) y 3. f. Fianza u obligación de indemnidad a favor de alguien, regularmente en materia de intereses. Pero cuando yo hablo de seguridad se multiplican las acepciones y casi no tengo palabras suficientes para expresar todos los conceptos que imagino, al igual que ocurre con todas aquellas personas que casi no tienen palabras para expresar todas las innumerables acepciones que le vienen a la cabeza de cómo saltarse la seguridad.
Una clásica definición de seguridad debería de incluir términos como “garantizar”, “protección”, “activos”, “evitar”, “destrucción”, “robo”, “cambio”, “modificación”, etc. pero después de muchos años viendo la realidad de la seguridad, voy a cambiar radicalmente la definición para entrar en un nuevo concepto que veo mucho más adecuado:
La seguridad es la sensación de estar seguro.
Pasado el atragantamiento inicial que supone leer esta definición, y para que quede constancia de que no me he vuelto loco del todo, diré en mi defensa que el truco estará en las palabras “estar seguro”, pero antes de entrar ahí, quiero explicar un poco más eso de que la seguridad es una “sensación”.
Todo el mundo sabe que la “seguridad total” no existe, siempre existen “y si…” que continuamente están tirando por tierra cualquier control que se nos ocurra y que trabaje por mejorar la sensación de seguridad. Por este motivo, la carrera en conseguir la “seguridad total” parece predestinada a ser un círculo vicioso con la imposibilidad de conseguirlo y la garantía de frustrarnos y agotarnos completamente.
Es precisamente en esta idea de que la seguridad total no existe, en la que se anclan todas esas personas que están constantemente diciendo que, como la seguridad total no existe, ellos ya tienen la seguridad que necesitan y que esa seguridad es suficiente. Realmente ellos se “sienten” seguros, porque siempre tienen argumentos del tipo:
- “…pero si nunca me ha pasado nada.” (vaya, no creo que compre lotería nunca ;-).
- “… eso es una exageración, no hay evidencias de que vaya a pasar algo” (por eso se llama análisis de riesgo y no historia).
- “… no tengo dinero para hacer eso, así que con esto será suficiente” (claro, el hecho de no tener dinero para hacer algo evita que ocurra… ).
- etc.
Nunca dos personas tendrán la misma percepción de qué es la seguridad, puesto que cada una se siente de una manera y vive, o ha vivido, experiencias diferentes. Es posible que ante las mismas medidas de seguridad, una persona se sienta sobreprotegida, y otra en cambio tenga miedo.
El verdadero problema es que no está claramente definido qué es “estar seguro”, por eso, todo el mundo intenta pensar que lo está, porque la mente humana no está diseñada para estar constantemente en tensión y preocupada, por ello tendemos a creernos aquello con lo que podremos sentirnos más cómodos. Es esa falsa sensación de seguridad la que mucha veces nos causa los mayores daños. No digo que las tareas para estar seguro sean fáciles, ni baratas, ni que tengamos solución para todo, pero sí que “es necesario entender el problema para buscar una solución, proporcionada eso sí, al riesgo real que tenemos”, pero esto… ya será tema de otra entrada 😉
[…] la misma forma en la que hace más de un año, va camino de dos, comencé este blog, ahora, y de forma casi análoga, voy a comenzar este pequeño movimiento a nivel particular. […]