Durante mucho tiempo hemos estado recibiendo noticias de cómo la ciberseguridad empieza a ser un ámbito de actuación por parte de la Dirección de las organizaciones, y cómo la tendencia del no es importante porque no me ayuda a negocio, o de que es una simple asignatura “maría” para explotación porque en el último momento le ponen algo a la aplicación y ya está, está cambiando.
El problema se plantea al intentar identificar la causa de estos hechos, y no es otra de que la Dirección no está coordinada y faltan Directivos que aglutinen, entre sus funciones, las responsabilidades de la seguridad corporativa. Este hecho motiva el que el cambio sea tan lento y en muchas compañías haya llegado en los últimos meses. Es necesario prestar mucha atención a conseguir formar organizaciones de seguridad que permitan la coordinación con el resto de áreas de la compañía, así como datarlas de responsabilidades horizontales dentro de la empresa, y situarlas en una posición que les permita desarrollar su trabajo con garantías. Es decir, dependiendo de la dirección.