Un artículo muy interesante, precisamente el otro día puse a dieta a mi móvil y apliqué una de las leyes de prevención en materia de seguridad de la información:
Si no necesitas algo, no lo instales.
Y bajo esa premisa comencé a pasar por la guillotina a multitud de aplicaciones, algunas de las cuales, sinceramente ni me acordaba para que servían, y veinte minutos después, y varias decenas de aplicaciones menos, me di cuenta que incluso había eliminados las carpetas de las aplicaciones. Lo cual me permitía tener todas las aplicaciones a la vista.
No os preocupéis demasiado que tampoco se van muy lejos, en cualquier momento las puedes volver a bajar. La verdad es que ahora el teléfono va mucho mejor y sigo utilizando lo mismo que antes, pero con menos probabilidades de que alguna vulnerabilidad de las aplicaciones que no uso me de un susto.
PD: ¿sabéis que tenía 5 calculadoras? la verdad es que sólo uso la que trae el móvil por defecto, no creo que necesite hacer representaciones de funciones trigonométricas hiperbólicas en los próximos… años 😉