Es curioso seguir leyendo cómo las personas seguimos sin entender la importancia de la identidad digital que ostentamos. Situaciones como las mencionadas en el artículo son mucho más frecuentes de los que nos imaginamos, claro fruto de uno los aspectos más olvidados, pero críticos para nuestra seguridad, como es la concienciación y formación de las personas en materia de seguridad de la información.
La seguridad que pensamos
Siempre que pensamos en la seguridad, la primera impresión que nos viene es la de una casa completamente cerrada, con altas vayas, montones de cámaras, gruesos muros, y rejas por todas partes. Pese a que ese tipo de seguridad sigue siendo completamente necesaria, en función del riesgo que haya claro está, la situación a día de hoy no puede ser más diferente.
Antes, y tampoco hace tantos años de esta situación por muy lejos que nos parezca, la información residía en ordenadores completamente aislados. Equipos a los que sólo unos pocos “frikis” podían acceder, taza de café en mano ;-), tras un montón de accesos controlados por guardias de seguridad y puertas magnéticas. Por supuesto, en sótanos profundos y luces halógenas medio gastadas.
Del dicho al hecho
Leyendo un artículo el otro día me encontré con esta noticia donde se hablaba de como la gestión del tráfico es imposible hasta que eliminemos el factor humano de la ecuación. De forma detallada y razonada, el vídeo explica cómo sería la conducción autónoma de los vehículos, y cómo esta forma permitiría incluso la eliminación de los semáforos:
Aunque ellos seguro que no han visto este otro vídeo en que los humanos son capaces de conducir sin semáforos y sin choques:
O este otro:
Tus disfraces
La realidad suele ser bien distinta de la teoría, y en el caso de la seguridad, ocurre lo mismo. En nuestro día a día accedemos a diferentes sitios donde albergamos nuestra información de ocio, trabajo, vida privada, cuentas de los bancos, correos, foros, etc. Si lo pensamos bien es como si fuéramos disfrazándonos constantemente para que nos dejaran entrar en un sitio u otro. Pero ¿qué pasaría si alguien se pusiera nuestro disfraz?. De entrada sería el pánico, puesto que si alguien lleva mi disfraz para acceder a un sitio, yo no lo tengo, por lo que hasta que el no salga, no lo podría usar.
El pánico
El siguiente estado de preocupación sería todavía peor, cuando nos diéramos cuenta de que esa persona, que se ha puesto mi disfraz para entrar en ese sitio, pudiera robarnos lo que hay dentro, pudiera destrozar todo lo que hay, o pudiera destrozar cosas de alguien y todos pensaran que fui yo quien lo hizo. Incluso imaginemos que hay guardado algo que no queremos enseñar a los demás y esa persona le hiciera una foto e intentara chantajearnos para que no lo publique al resto del mundo.
La seguridad en el mundo en el que nos encontramos está basada en la protección de nuestros disfraces, de nuestras identidades. Estos elementos son, y serán la clave, de los próximos años en materia de seguridad.
La protección de tu identidad es tu protección
Nuestro mundo requiere de hacer un uso eficiente y seguro de estas identidades, y el cómo sepamos protegerlas será el problema fundamental de la seguridad de la información en los próximos años.
Para poder complicar todavía más el asunto, no solamente las personas tienen identidad, sino que multitud de dispositivos a tu alrededor como pulseras de actividad, teléfonos, ordenadores, calderas por control remoto, telefonillos de apertura remota, cámaras de vigilancia, escuchabebés digitales, etc. tienen sus propias identidades. Identidades a las que tú has permitido vivir contigo, y que si alguien les roba el “disfraz”, no tendrás ni idea de que los tienes al lado tuyo, y podrán realizar toda clase de perversiones digitales que afectarán a tu vida física.
El camino de la seguridad pasará por dar importancia a la identidad
Es por esto que toda la seguridad que se facilite en los próximos años deberá de ir encaminada a garantizar que estas identidades son seguras, y no pueden ser robadas por terceras partes interesadas. Los sistemas de información deberán entender que el uso que hacemos de ellos no es, ni por asomo, parecido al orden que se espera de ellos en el primer vídeo, sino más bien al frenesí de los otros dos.
Origen: Robo de identidad: el peligro de publicar el pasaje de avión en las redes sociales